Rafael de Floranes (1743-1801) fue un historiador lebaniego, nacido en Tanarrio, en el histórico valle de Valdebaró, hoy ayuntamiento de Camaleño. Por azares del destino desarrolló toda su vida profesional fuera de Cantabria, en las provincias vascas y en Valladolid, ciudad esta última que consideraba como su segunda patria, siendo la primera la tierra que le vio nacer. Fue un historiador erudito, de cultura enciclopédica, muy al estilo de los ilustrados de la época. Pero a diferencia de otros autores coetáneos, escribió mucho en forma de memorias, informes, apuntamientos y opúsculos... pero fue prácticamente ágrafo en vida. Sus obras, en su gran mayoría inéditas, se conservan en distintas bibliotecas y archivos. Este amplio fondo documental ha servido para construir la imagen de este autor lebaniego cuya labor debe ser conocida para comprender mejor las claves del movimiento jurídico que ensalzando el valor de la historia, surgió con fuerza en la segunda mitad del siglo XVIII. El texto del autor, inédito, que acompaña al estudio preliminar, refleja una imagen poco halagüeña que ofrece la sociedad de la época, sus instituciones y en especial la administración de la justicia. Una sociedad necesitada de reformas, que su autor va desgranando a lo largo de la extensa carta que dirige al abogado Juan Pérez-Villamil, en respuesta a su obra titulada «Disertación sobre la libre multitud de abogados, si es útil al Estado o si fuere conveniente reducir su número...» (1782).